Bajo el término inglés outsourcing se encuentra una práctica habitual en muchas empresas, que es la subcontratación o externalización de determinadas tareas o servicios, complementarias a la actividad principal. Se trasladan a sociedades ajenas, bajo un contrato de prestación de servicios, algunas actividades de la propia empresa que pueden requerir, como recursos, a personas, instalaciones, software o hardware u otro tipo de equipos. Puede tener carácter eventual o permanente, en función de las necesidades de la empresa que requiere los servicios de la subcontratante.
Para las pymes, el outsourcing puede ser una solución adecuada. Hay determinadas tareas de la actividad económica de una start up o empresa que pueden llegar a requerir de unpersonal muy especializado, y que, en los momentos de lanzamiento, puede que todavía no esté en condiciones de tener como recurso propio. Pueden ser ejemplos de este tipo de necesidades las asesorías laborales o fiscales, contabilidad, logística, servicios informáticos, desarrollo de aplicaciones móviles, posicionamiento en internet, o diseño y comunicación.
La decisión de recurrir a la subcontratación debe estar respaldada por un estudio económico y de tesorería previo. Normalmente, recurrir a la externacionalización puede suponer un ahorro, pero conviene tener cuantificado bien este aspecto.
Otra ventaja es la posibilidad de disponer de personal muy cualificado y con experiencia para el desarrollo de ciertas tareas, lo que puede redundar en una mejora de la productividady en un crecimiento más rápido de la empresa.
En el lado contrario, el componente de riesgo que supone recurrir a servicios ajenos que puedan resultar no satisfactorios se ve disminuido con la opción de cambiar de proveedor de forma más sencilla y menos costosa que si hubiera que reestructurar un departamento de la propia empresa.
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